Pocas edificicaciones tienen la ventaja de nuestro edificio: clima fresco, servicios permanentes, amplia ventilación, transporte, acceso fácil hacia diferentes puntos de la ciudad. Sin embargo, ignoramos estos privilegios y poco se mira hacia dentro o se evita la comparación. Esto trae como consecuencia el descuido y el posterior deterioro de las áreas comunes. El patio principal lo perdimos para dar acceso al estacionamiento de motos, el parque infantil sucumbió ante una nueva ubicación de las bombonas de gas, la cancha deportiva desapareció para más puestos de carros, las cercanías del local comercial es un orinadero público y al aire libre. Así los espacios se van perdiendo, la recuperación luce lejana y las irregularidades se hacen cotidianas.
Solicitar una cuota extra para una reparación es más que un insulto donde se pagan cuotas de condominio bajas y fijas. Es necesario que miremos hacia adentro, emprendamos una recuperación de las instalaciones y valoremos lo que tenemos. Para ello, es necesario la acción conjunta del Condominio, el Consejo Comunal y todos los propietarios/as. De lo contrario, las reparaciones se harán más costosas y la desvalorización de la propiedad una realidad inminente.
