Esta área recuperada en mayo del 2011 gracias a las políticas de apoyo a las comunidades organizadas del Gobierno del Distrito Capital y que requirió una inversión fuerte de recursos ha sido tomado por algunos propietarios y residentes como taller mecánico, discoteca al aire libre, museo de chatarras, almacén de peroles y cachivaches y hasta estacionamiento de carros de personas que no viven en la comunidad. Resulta incomprensible el desprecio y la poca valoración que algunos sienten por lo que también es suyo.
El 2 de junio del 2011, en una Asamblea de Ciudadanos se acordó por unanimidad seguir los lineamientos de la Ley de Propiedad Horizontal. El Consejo Comunal ha convocado a los responsables de estos desmanes, rectifican algún tiempo, después vuelven a sus andanzas, otros ignoran la convocatoria asumiendo una actitud de guapo y apoyao. Y de paso hay otros que hace años no pagan ni la pírrica cuota del condominio.
La Alcaldía del Municipio Libertador ya hizo la observación en una oportunidad y lo informamos en un boletín del Consejo Comunal. Corpoelec emitió un informe donde alerta sobre lo inconveniente de realizar labores mecánicas cerca de las tanquillas donde están los transformadores. Por eso será que ha resultado cuesta arriba conseguir el ascensor para el edificio 2, prometido por la misma institución que recuperó el estacionamiento hace apenas año y medio. Mientras en muchas urbanizaciones han conseguido ese logro, a éste edificio le siguen posponiendo la respuesta efectiva. Quizás pensaran una y mil veces si lo van a destrozar y valorar como han hecho con el estacionamiento, es mejor aplicar la ley del olvido a esta comunidad.
Los fines de semana es casi imposible descansar con tranquilidad, los equipos de sonido adaptados en algunos carros se vuelven una tortura para los residentes y el estacionamiento se convierte en una discoteca al aire libre. Conciencia señores, respeten a la comunidad.
Los fines de semana es casi imposible descansar con tranquilidad, los equipos de sonido adaptados en algunos carros se vuelven una tortura para los residentes y el estacionamiento se convierte en una discoteca al aire libre. Conciencia señores, respeten a la comunidad.