Grupos pertenecientes a la ultra derecha llevan 66
días de vandalismo en algunos sectores de 4 municipios del país y aunque sus
fuerzas cada día se debilitan, han intensificado su violencia debido a que su irracionalidad les impide analizar y concluir
que esa guerra está pérdida por muchas razones, entre las que podemos mencionar las
siguientes:
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Los
argumentos. Para explicar sus
acciones esgrimen argumentos que se caen
por su propio peso: Quieren salir de la dictadura del presidente Maduro, ésta
tiranía ha conculcado su libertad (salen del país, se desplazan por todo lados,
viajan en vacaciones, se trasladan en metro, avión, carros privados), su
libertad de expresarse (dicen barbaridades por los medios privados), su derecho
a la protesta (todos los días protestan de diversas maneras: descalzos, con
antorchas, con capuchas, máscaras,
trancan las vías, derraman aceite, colocan guayas con fines criminales). Pero
su verdadera razón es la salida inmediata del Presidente legítimo Nicolás
Maduro como lo han manifestado en varias oportunidades cuatro dirigentes de la
oposición: Leopoldo López, Maria Machado, Antonio Ledezma y Henrique Capriles.
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Los
métodos: Las estrategias que utilizan son extremadamente violentas,
inhumanas, con instintos criminales y por eso son rechazadas por un alto
porcentaje de la población (más del 80%) y hasta por el mismo sector
estudiantil. En sus acciones
desquiciadas han atacado, destruido y
quemado bienes públicos que utiliza mayormente la población de menores
recursos (transporte público, instalaciones del metro, módulos de asistencia
médica, universidades públicas, escuelas).
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Los
participantes: Las acciones están focalizadas en los municipios donde
gobiernan alcaldes opositores y en zonas residenciales donde vive clase media
recién vestida (profesionales que emergieron de sectores pobres, militares
jubilados, estudiantes de universidades privadas, inmigrantes europeos). En las zonas donde vive
la clase media alta (Country Club, La Lagunita) no hay protestas ni en donde
habitan la mayoría empobrecida y olvidada
por los gobiernos de la “democracia representativa”.
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Los impulsores:
Existen sectores de la sociedad que con su discurso virulento y
descontextualizado o con su silencio cómplice promueven y celebran las acciones
vandálicas (sacerdotes, profesores universitarios, dirigentes de la oposición
que no condenan ni rechazan los desmanes), los medios de comunicación
nacionales e internacionales que difunden una exagerada represión de los cuerpos de seguridad del Estado cuando
en realidad muchos de sus funcionarios han sido atacados bestialmente hasta
ocasionarles la muerte y la visión distorsionada de que todo el país está en llamas.
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Las
consecuencias: 41 personas perdieron la vida, entre los que se cuentan 6
efectivos militares y policiales, la mayoría fueron baleadas mientras trataban
de despejar las barricadas que obstaculizaban las vías, más de 17 mil millones de dólares en pérdidas
materiales, personas afectadas con problemas respiratorios a causa de la quema
de cauchos y otros materiales. Mientras que los sectores que apoyan el gobierno
se han cohesionado alrededor del modelo de gobierno iniciado con el presidente
Chávez.
El pueblo
venezolano rechaza las prácticas terroristas e injustificadas para resolver las diferencias y ahora reconoce
y analiza cuando le mienten y tratan de engañarlo, por eso estas acciones están
destinadas al fracaso rotundo a pesar del apoyo del imperio
estadounidense, grupos empresariales nacionales y la confabulación mediática que distorsiona
la realidad.
Blanca
Araujo