Se prendió la fiesta del asfalto

Al ritmo de joropo, fulias y cantos de velorio de cruz culminó la fiesta del asfalto que llegó hasta el edificio. La jefa de gobierno del Distrito Capital, la ingeniera Jacqueline Farías dio la orden y lo demás lo pusieron los vecinos. Entre el ruido de las máquinas distribuidoras y aplanadoras del asfalto, el ingeniero Rómulo Martínez se encargó del afinamiento de la capa asfáltica. Fueron 450 toneladas de asfalto vaciados desde la parte posterior del estacionamiento que ampliará la capacidad y hasta se ha pensado en asignar puestos fijos para cada apartamento a ver si se acaban las arbitrariedades de las chatarras, el taller mecánico y cavas inservibles.

En el departamento de logística se destacó el equipo Patria o muerte del Consejo Comunal (Juliana, Deyanira, Walkira, María Teresa, Marina, Omaira, Blanca, Macario), Chuchú y Miguel (9-01) quienes le pusieron un ritmo acelerado a la fiesta. En la sección de percusión se lució la gente que se encargó de las arepas y el cafecito para las abnegadas cuadrillas de trabajo. Allí estuvieron Marina (otra vez), Yasmín, Omaira, Dianoris. Otros le imprimieron ritmo a la fiesta con escobas, rastrillos y palas para limpiar el terreno: Mercy, Salvador, el Muñeco, Carlos (Pb- Edif. 2). Los más flojos sólo se animaron a colaborar para la compra del refrigerio. Desde el palco de los invitados y al son de las palmas, José Gámez, el popular Cheli, y la maestra Mary Carmen supervisaban la pachanga. La capa que tenía el estacionamiento ya no aguantaba más. Después de 42 años de trajín ya era necesario reemplazarla. Agradecemos el impulso que nos dio José Gámez, enlace parroquial con el Gobierno del Distrito Capital. Esperamos que en las próximas actividades del Consejo Comunal destinadas a recuperar la infraestructura del edificio contemos con la participación y el entusiasmo de todos. Así alcanzaremos nuestras metas.
Por cierto, queda pendiente la apuesta del señor Tito y todos esperan tomarse las 10 cajas de cerveza que perdió en la apuesta.