Ni siquiera la naturaleza se ha salvado de los actos vandálicos de un grupo de desadaptados en los municipios controlados por la oposición. Este majestuoso árbol al cual nadie puede tildar de chavista fue cortado de tajo por los desesperados guarimberos merideños, quienes al ver que sus desmanes tienen el repudio de la mayoría de la población han decidido acabar con todo lo que encuentran a su paso, sin darse cuenta que en esa acción temeraria se están suicidando ellos mismos.
En su locura prefieren acabar con la vida de un maravilloso ejemplar de la naturaleza que a lo mejor le llevó unos 30 años alcanzar esas dimensiones y el cual dio sombra, oxígeno y belleza al paisaje merideño. Este crimen ecológico debe recibir un castigo tipificado en la Ley del Ambiente. Basta de inercia frente a esos miserables que quieren llevar el país al caos, por eso cada vez se hacen más violentos porque sin líderes, sin propuestas y sin razones valederas sólo tienen el respaldo de unos locos que desde Miami le dictan lo que deben hacer. !Qué vergûenza! pensar que todavía hay personas pertenecientes a sectores pobres con esperanza de que este movimiento triunfe.
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